Hay un momento previo al viaje donde nos invade la incertidumbre, las dudas, el pánico. Es ese momento inevitable que todo viajero debe afrontar...el armado de la valija! Dependiendo el grado de ansiedad, armar la valija puede ser algo que dejamos para último momento o bien preparamos con mucha (a veces demasiada) anticipación. En este post compartimos algunos rituales o situaciones por las que todos pasamos alguna vez cuando debemos realizar esta impostergable tarea.

 

La hoja en blanco

Eso es lo que se siente cuando abrimos la valija y la acomodamos en la cama. No sabemos por donde empezar. Revisamos que esté en condiciones y siempre aparece algo que no desempacamos del viaje anterior: algún papelito, una media sin par, la llave del candado, etc. A ojo empezamos a calcular si lo que teníamos en mente llevar va a entrar y nos parece que la valija es gigante. Esa sensación cambia a medida que la vamos llenando de “por si las dudas”.

 

Por las dudas

Este fenómeno de llevar cosas por las dudas es algo realmente muy difícil de evitar porque el viajero comienza a imaginar situaciones hipotéticas, por ejemplo:

  • “Por si llueve”.

  • “Por si refresca”.

  • “Por si me encuentro con una ola de mosquitos”

  • “Por si salimos a bailar o a una cena formal”

  • “Por si el lugar dá para usar sombrero tamaño mexicano”

  • “Por si conozco a alguien”

  • “Por si hace mucho calor y quiero estar más cómoda”

  • Etc, etc., etc.

Cuando nos queremos dar cuenta ya tenemos dos tercios de la valija llena y aún falta agregar aquello denominado “de último momento”, como por ejemplo (esto sobre todo en el caso de las mujeres) el bolso de perfumería.

 

El interminable bolso de perfumería

Conocido popularmente como neceser, este pequeño bolso o estuche se utiliza para llevar artículos de higiene personal. Su término viene del francés - nécessaire -  y, como su nombre de indica, debería transportar lo necesario, cosa que no siempre ocurre. Desodorante, protector solar, crema demaquillante, shampoo, acondicionador, maquillajes, pinza de depilar, agua termal, peine, secador de pelo...y la lista sigue! Todo eso y más! Siempre da vueltas el fantasma de que todo eso explote dentro de la valija y nuestra ropa huela a crema para peinar durante días. Afortunadamente muchos de estos bolsos están pensados para que eso no ocurra.

 

 

 

Valijas de contraestación

Aquí nos encontramos con dos posibles situaciones:

  1. Armar la valija con 35° de calor para viajar a un destino de invierno. Suena simple pero no es fácil revolver sweaters, camperas y buzos mientras te estás derritiendo. Además es frecuente olvidarse accesorios de invierno como gorros, guantes, medias térmicas entre otras. Armar estas valijas llevan de paciencia y buen ojo para calcular el peso del equipaje.

  2. Armar la valija en invierno para viajar a la playa. Esto es aún peor pues hay que enfrentarse a la bikini y a la malla, a los shorts y vestiditos frescos y sobre todo al espejo! Es complicado probarse una bikini en julio, cuando hace meses que no te pega el sol y justo después de tomarte un chocolate con churros, pero hay que hacer tripa corazón y dar ese gran paso. Una vez que estás frente al agua transparente y disfrutando del All Inclusive, te das cuenta que no era tan grave :)

 

Los últimos detalles

Son esas cosas que se ponen en la maleta cuando ya está a punto de cerrarse, como por ejemplo el cepillo de dientes, la ropa interior, el desodorante y los cargadores. Aquí la atención es fundamental. Hay muchos casos de gente que cuando arribó al hotel tuvo que salir a comprar ropa interior porque la olvido arriba de la cama! Es muy normal cerrar la valija y empezar a recordar cosas que quedaron afuera. Luego abrir y cerrar un par de veces más para estar seguros, hasta que definitivamente nos prometemos no poner nada más.

 

Por fin!

Con la maleta cerrada queda el último paso: pesarla. Siempre, por alguna razón u otra, las balanzas generan preocupación. El escenario más optimista es que la valija pesa por debajo de la franquicia permitida y se nos dibuja una sonrisa de oreja a oreja. Lo peor que puede suceder es estar excedidos y que comience la re ingeniería para sacar, poner y acomodar el contenido.

 

Más allá de las vueltas que damos al armar el bolso o la maleta, lo bueno es que el viaje está a punto de comenzar y ya tenés casi todo resuelto.

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